¿Que enseñamos en nuestras Logias?
Doctrinas sublimes de moral,
basadas en el principio de no hacer a nuestros semejantes lo que no queremos
para nosotros y amarlos con el mismo amor que para nosotros deseamos. Tal es la
consecuencia de esta máxima de nuestra institución, que guiados por ella no
podemos menos que considerar como hermanos a iguales nuestros a todos los
hombres en general. Somos incesantes en combatir el orgullo, el error y las preocupaciones
sin olvidar la ignorancia, causa de todas las desgracias humanas.
Recomendamos la práctica de la justicia por que ella sola pudiera proteger los
derechos e intereses de cada uno, encareciendo la tolerancia que deja al hombre
la libertad de pensar, y la paciencia que nos ayuda a soportar los
contratiempos e infortunios de la vida.
Amamos a los hombres
indistintamente, el rico y el pobre; el fuerte y el débil; el sabio y el
ignorante; se confunden del mismo modo entre nosotros. Tenemos compasión del
descarriado sin reparar en su condición, y hacemos un esfuerzo por traerle al
buen camino. El estado normal del hombre y su posición sobre la tierra es la
ocupación principal de nuestro espíritu.
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